COTILLEO HISTÓRICO















Como escaquearse para no ir al trabajo
Muchos de los trabajadores de las pirámides no eran esclavos sino que estaban bien alimentados, organizados y, además, eran completamente libres , según algunas investigaciones. Estaban organizados por grupos de unos 40 a 60 trabajadores que podían aumentar en momentos puntuales por “necesidades del servicio“, dirigidos cada uno por un capataz y supervisando la obra un escriba. Éste, además de la supervisión, tenía también labores de administrador pues debía llevar “los papiros de la contabilidad“. Se anotaba la marcha de los trabajos, el material que se necesitaba y el que se iba utilizando… y las ausencias de los trabajadores con sus correspondientes motivos.
De entre las causas que podíamos llamar justificadas para no acudir al trabajo, estaban:
Embalsamar a un ser querido.
Picadura de escorpiones.
Fabricar cerveza para una celebración.
Embriaguez.
Haber recibido una paliza de su mujer en una discusión conyugal…
Y aunque nos parezca sorprendente tenía más días de descanso que nosotros… los españoles:
Coronación o fallecimiento de un faraón,
Aniversarios de los faraones
Celebraciones religiosas,
Crecidas del Nilo,
 Los epagómenos (los cinco días añadidos al ciclo de 360 jornadas para completar el año solar de 365 días de los egipcios)…
E incluso de la época de
Ramsés III , una huelga.
Según el papiro que se conserva en el Museo Egipcio de Turín las huelgas surgieron debido al retraso de las raciones alimenticias que formaban parte de los sueldos de los obreros.


El texto de dicho papiro dice : “ (…) Hemos llegado a este lugar por causa del hambre y de la sed, por la falta de ropa, de pescado, de hortalizas. Escríbanlo al Faraón, nuestro buen señor, y escríbanlo al Visir, nuestro superior. ¡Háganlo para que podamos vivir!”
 











COTILLEOS MIXTOS
El soberano Carlos II el Hechizado, el último de los Austrias, el rey que murió sin descendencia y que, según la leyenda quedó maldito por beber un chocolate donde habían desleído los sesos de un cadáver, tenía la fea costumbre de ir al Panteón de El Escorial y hacer abrir los féretros de sus parientes para abrazarlos.  
Dicen que heredó esa manía tal vez de su antepasada Juana la Loca que, cuando murió su esposo, Felipe el Hermoso, iba camino de Granada por tierras castellanas a pie, como alma en pena, y siempre junto al féretro de su marido.  


Esta reina, más enamorada que loca, tenía otra afición que era la de parir con desmesura y en cualquier parte. A su hijo Carlos, el futuro emperador de España y de Alemania, (Carlos I /V) lo parió en un retrete en Gante, durante una fiesta a la que había asistido. Así que se puede decir que Carlos V, todo un emperador, nació en el váter. Muchos pobres han tenido un nacimiento más decente.
Felipe V de Borbón, el nieto de Luis XIV, que tras la guerra de sucesión inició esa dinastía en nuestro país, enfermó de “melancolía” y tenía depresiones. La cosa se fue agudizando y el monarca se fue desentendiendo de los asuntos de gobierno, algo que recayó en manos de sus ministros y de su propia mujer (su segunda esposa)  Isabel de Farnesio.
 Cuentan leyendas episodios como los siguientes: Un día que salió a cabalgar por la mañana regresó diciendo que el sol le había atacado. Tal era su creciente enfermedad mental que llegó a tener serias dudas de si estaba vivo o muerto y enterrado. Y preguntaba sobre ello a sus guardias. Confundía el día con la noche. Mandaba servir el desayuno tras la puesta del sol y la comida a las 12 de la noche. A las ocho de la mañana disponía que trajeran la cena. Por la noche encendía todas las luces y no dormía. De día mandaba cerrar todas las ventanas y echaba las cortinas para que no entrara la luz del sol. En verano se arropaba con mantas y en invierno abría las ventanas. Apenas se cambiaba de ropa y no se lavaba ni afeitaba. No se cortaba las uñas. Se mordía los brazos de ansiedad. Parte de sus manías y de sus depresiones las heredó su hijo Fernando VI, quien cuando murió su esposa Bárbara de Braganza, se pasaba las noches aullando como un lobo por los pasillos del castillo de Villaviciosa de Odón.
 Los borbones en general tenían una afición común: Engendrar o parir hijos habidos en relaciones con plebeyos. Un deporte al que se sumaron entusiastamente prácticamente todos, empezando por Fernando VII quien, aparte de las cuatro esposas consecutivas que tuvo, frecuentaba también la casa de Pepa La Malagueña; siguiendo con Isabel II y su numerosa prole atribuida oficialmente a Francisco de Asís,  su esposo , alias Paquita por su dudosa identidad sexual , y continuando con su hijo y su nieto, ambos Alfonsos, aficionados a hacer escapadas por el Madrid nocturno y también a echarse amantes del mundo del espectáculo. La anecdotas contadas en esta sección son como en la vida actual. En el próximo cotilleo os contaremos más sobre lo que la historia no nos revela del todo.
 
 
 
Si a la tercera no has vencido...
 mejor no seguir.


   

Cuando reinaba Felipe II ( gafe el pobre…)en España necesitaba una mujer ( buena…) que le ayudase a reinar y tener una gran descendencia ( menudo pillín…). En aquella época se enseñaban cuadros ( no muy bonitos) de las pretendientas para el novio (el cual no podia ir de “caza” ). A Felipe ( que no sabia lo que se le echaba encima…) le enseñaron tres cuadros en Madrid ( para mayor comodidad, en su casa,…).  Primero escogío a Margarita ( pero se lo pensó mejor y prefirió escoger a una más *madura*) Al final decidió elegír , el cuadro en el que  aparecía  Catalina.
Partió desde Madrid hasta Gratz. Pero cuando llegó en vez de cantos y festejos  se encontró en un ambiente fúnebre puesto que la princesa había muerto de gripe.( Pobrecillo…)
Tras lo ocurrido le volvieron a mostrar los dos cuadros que quedaban. Y eligió a Gregoria ya que era la siguiente en edad. Vuelve a partir a Gratz y otra vez se  encuentra con el panorama de que  su segunda pretendienta, la princesa Gregoria había fallecido por fiebres. ( a saber cómo salian de fiesta para ponerse malas…)
Sin novia y a dos velas regresa con su comitiva a Madrid y ya por descarte elige el último cuadro de la jovén Margarita ( la que eligió primero) La jovén princesa que solo tenia 14 años, con lo cual estaba muerta de miedo porque pensaba que la siguiente( en fallecer) era ella, iba a llegar a casarse con él, pero recibió la siguiente noticia : había muerto Felipe II. (salvada por la campana…)



Si es que cuando las cosas salen mal...
 Felipe II además de varias mujeres tuvo también varias amantes.(será que no tenía bastante…)
Algunas de ellas son: Catalina Laínez, Eufrasia de Guzmán, Doña Elena Zapata, Catalina Leney, Magdalena Dacre, la vizcondesa de Montague.
Se dice que estaba enamorado de Isabel I hermana de su tercera mujer María Tudor (con su propia cuñadaaaaaaaaaaa…). Sin embargo, las amantes más importantes que marcaron su vida fueron: Isabel de Osorio y Ana de Mendoza, princesa de Éboli que mantuvieron con él relaciones .

Su relación con Isabel de Osorio duró 15 años y se dice que nacieron de este amor dos hijos: Bernardino y Pedro, a los que no reconoció.Isabel de Osorio vivió retirada y sin ninguna relación conocida hasta su muerte y fue enterrada en la iglesia del pueblo .



Ana de Mendoza era descendiente de una poderosa familia aristocrática castellana. ( Tambien tuvo relaciones con ella y presuntamente un hijo)
 Se asegura que el Duque de Pastrana (hijo de la princesa de Eboli) es hijo de Felipe II.




Felipe II tuvo además otro hijo con Catalina Laínez, y otro con Eufrasia de Guzmán a la que casó después con el príncipe de Ascoli (el supuesto hijo de Felipe II ), y amores con Doña Elena Zapata (de la que no consta ninguno). E incluso se rumoreó una boda secreta con Isabel de Osorio. En Inglaterra, al tiempo que hacía su “cruzada” con María Tudor (como él llamaba a su enlace nupcial) se destaca como amantes suyas a Catalina Leney y Magdalena Dacre.


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